lunes, 26 de marzo de 2012

Pequeños detallitos de mierda I

Existen los típicos momentos incómodos como ver un moco de tamaño colosal en la nariz de alguien (Ese que es súper verde, húmedo y hasta se infla un poco cada vez que respira) el perejil incrustado en los dientes o decirle a una señora que su guagua es bonita cuando uno debería quedarse callada nomás, no sé por qué ese acto-reflejo de mentir...

Este gordito no nació muy agraciado

...pero no quiero abarcar estas típicas situaciones que ya todos conocemos.
Hay otros detallitos que pasan un poco más desapercibidos, pero que no dejan de ser una molestia, por lo que de vez en cuando les contaré los que me han pasado.
Hoy:

Estar resfriado para una prueba
Si bien, el simple hecho de estar enfermo ya es un asco (O estar haciendo pruebas ya es un asco), es una paja rusa estar con los mocos colgando en esta situación y peor aún no tener pañuelos. El silencio durante una prueba o examen es sepulcral, por lo que tragarte los mocos en un respirar sería súper feo (y asqueroso) Pedir pañuelos o confort una vez está bien, pero nunca es suficiente, no, porque estuviste todo el día resfriado(a) hablando como el ñoño de Carlitos de Rugrats y los mocos aguachentos justo decidieron salir como catarata en el preciso momento que resuelves tu prueba de matemáticas, como si tuvieses tanto cerebro (Debería hablar por mi) para poder pensar en controlar los mocos y a las vez tratar de achuntarle al color de la bolita que sacó Juanito del sombrero o si la vieja chucha del almacén vendió los suficientes kilos de queso. (¿Por qué siempre hacen problemas matemáticos con queso?)

Y los loros van cayendo lentamente... hasta que sientes que son salados.

Cuando ya has reutilizado y reutilizado y reutilizado TODOS los pedazos de confort que tenías (Los cuales tratas de estirar un poco, para que la gente piense que sacaste un trozo nuevo xD) No queda otra que aplicar manga nomás. Y tratas de hacerlo disimuladamente, como poniendo la mano en la cara, en posición de estar resolviendo los más grandes dilemas del mundo.


Y hasta creas obras de arte, o lo que llamo El rastro del caracol (Yo a todo le pongo nombre)
Eso si... mi mamá no estaba muy feliz de ver la mangas del polerón de mi uniforme más duras que sábanas de treceañero ni los bolsillos de mi delantal con más papel maché que los mamarrachos de Art attack.



1 comentario:

  1. Toda la verdad!
    Además es super desagrable cuando la gente se pone a "aclararse" la garganta en la mitad de la prueba. Como si uno ya no estuviera lo suficientemente cagao' de susto, y apenas pudiendo concentrarSe, empieza algún weón con el "COF COF GRRRRAAAARR!", matando toda la inspiración que justo tienes en ese momento gracias a la luz divina (?).
    Como anécdota personal, una vez di un certamen con una cajita de pañuelos encima de la mesa. Me gané la burla de hasta el profesor, pero que sea no se me cayeron los mocos.

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